Cuando el pueblo carece de puestos de trabajo y, por esta carencia, no
puede tener los ingresos en cuantía suficiente para dar la alimentación más
básica a sus hijos.
Cuando, en el caso de encontrar ese tan deseado empleo, resulta ser que las
condiciones del mismo son de sometimiento, precariedad y esclavitud, con
ausencia de derechos y con un salario mísero que no permite cubrir los gastos
esenciales de la familia.
Cuando, por estas y otras situaciones con prácticas de abuso al ciudadano
por parte de las administraciones públicas, políticas ineptas e interesadas y
de entidades financieras que han robado miserable e impunemente al pueblo,
todas ellas con absoluto desprecio al ciudadano, a los jóvenes se les pone todo
tipo de trabas para acceder a estudios universitarios salvo que procedan de
familias con recursos económicos suficientes.
Cuando hay ciudadanos que no toman la medicación adecuada para la enfermedad
que padecen porque sus recursos económicos no les permiten adquirir los
fármacos prescritos.
Cuando, al igual que en la situación anterior, enfermos dependientes sufren
recortes que les obligan a prescindir de los cuidados necesarios e imprescindibles
para una calidad de vida digna.
Y, contrariamente a todo lo anterior y con la connivencia de los poderes del
estado que no cumplen lo que prometieren unos y debieren otros, en la parte
opuesta vemos cómo nombres, que a título de ejemplo pondré sólo 9 de las muchas
decenas que nos rodean e invaden el territorio nacional: Rodrigo Rato, Miguel
Blesa, Narcis Serra, Rafael Blasco, Gerardo Díaz Ferrán,José Luis Olivas,
Iñaki Urdangarín, Carlos Fabra y Luis Bárcenas; hablando en forma de metáfora,
"simulada o en diferido" como diría una voz "autorizada"
del escenario político, pregunto ¿acaso no es hora de coger las pistolas
-léase, como dicho, metafóricamente hablando-, salir a la calle y hacer
la justicia que no hacen los tribunales responsables de impartir aquélla?.
No podemos, ni debemos, olvidar que se ha robado al pueblo, que se le
continúa robando y, si no se pone remedio, se le seguirá robando; mientras
nombres como los 9 citados han campado a sus anchas y, si Dios no lo remedia
pues la confianza y credibilidad en la justicia está por los suelos,
continuarán así, con absoluta soberbia, impunidad en lo que a sus delitos se
refiere y desprecio al pueblo.
Perdón, se me olvidaba; pongamos por delante la siempre recurrida
"presunción de inocencia", pues no podemos olvidar, por ejemplo, las
declaraciones de Iñaki Urdangarín a los periodistas a los que se dirigió
"con paso firme y seguro de si mismo" con ocasión de su primer
paseillo.para ver al juez Castro".